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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Respuesta diplomática (Sobre "El rey de los gitanos")

Estimado Sr. O'Donnell,

Leí con interes su articulo publicado en Página 12 ayer. Quisiera corregir algunos elementos factuales, más allá del fondo de su comentario, el cual no comparto.

“basura que hay que limpiar con kerosene”
Jamás el Presidente de la Répública usó tal formula. Ni habló ni de basura, ni de kerosene. De pronto usted se refiere a que el entonces candidato a la Presidencia se había comprometido con los habitantes de un barrio popular a liberarlos de los delincuentes (utilizó la palabra canalla) que los atemorizaban. En ese contexto había dicho que iba a limpiar con Karcher este barrio. No dudo que usted sabe que el Karcher es un sistema de limpieza con agua, y no con kerosene...

"una serie de medidas xenófobas, empezando por la creación de un “Ministerio de Inmigración y la Identidad”, siguiendo con el vergonzoso “debate sobre la identidad francesa”
Usted considera que la creación de por si de un ministerio de la inmigración es xenófoba. Para que disponga de toda la información, el nombre completo de tal ministerio es ministerio de la Inmigración, de la integración, de la identidad nacional y del desarrollo solidario que agrupa varios servicios que ya existían en otros ministerios, asi como en todos los países que conozco. Además, no veo muy bién en que los términos de identidad francesa constituyen de por si "una verguenza" ??

"El gobierno de Sarkozy había violado el artículo 7 del Tratado de Lisboa"
No veo que le permite pretender que Francia violó el Tratado de Lisboa. La Corte de justicia de la Unión europea no condenó Francia y, hasta ahora, ni siquiera ha sido activada para estudiar el caso.

"la hija de Le Pen, nueva líder de esa facción, no tiene ni el carisma ni la popularidad de su padre recientemente fallecido"
Quiero precisarle que el Sr. Jean-Marie Le Pen no falleció y sigue siendo presidente de su partido.

"17 por ciento en las últimas legislativas"
En las elecciones legislativas del 2007, el frente nacional consiguió el 4,29 % de los votos.

Usted dice y repite que no conoce Francia. Estoy a su disposición para proporcionarle los datos factuales que puede necesitar, recibí varios colegas periodistas suyos y creo que ha sido bastante útil. No por no estar de acuerdo con algunas políticas de mi país usted puede escribir cosas erroneas.

Saludos,

Philippe Richou
Primer Secretario
Embajada de Francia en Argentina+/- Ver mas...








solidario con los pueblos excluidos, lo saludo fraterno
Si las cosa se presentan de este modo, solo nos cave decir:
SOMOS TODOS GITANOS
p. carlos sosa





Estimado Sr. O'Donnel,
En referencia a su nota El rey de los gitanos y en análisis de las medidas discriminatorias del Presidente Sarkozy, le hago notar que se ha deslizado un error no desdeñable: si bien Marina Le Pen, la hija del viejo líder de la ultra derecha francesa, parece ser designada para reemplazarlo a la cabeza del FN (Frente Nacional), su partido, el padre no sólo no ha fallecido como usted parece afirmar, sino que está frecuentemente en los medios y en los mitines para apoyar las candidaturas internas (Partido) y externas (cargos electivos nacionales y/o locales) de su hija.
Quizás algo de expresión de deseos haya habido en el desliz...
Cordialmente
María A. Durán
40 bis, rue Villon
69008-Lyon






Estimado Santiago O'Donnell,

usted escribio en el periodico Pagina12 :

"¿Y Sarkozy, qué gana con las deportaciones? Me dicen desde Francia que
su estrategia sería ganarse el voto de extrema derecha, ya que la hija
de Le Pen, nueva líder de esa facción, no tiene ni el carisma ni la
popularidad de su padre recientemente fallecido."

Creo que lo han informado mal, pues Jean-Marie Le Pen, el padre de
Marine Le Pen, esta tan vivo como Usted o como yo. Aqui le transmito un
video registrado el 24/09/2010 :
http://www.dailymotion.com/video/xexwav_news
Saludos cordiales

Antonio Russo






Hola Santiago,
lei con mucho interes tu articulo sobre Sarko y los gitanos las bodas y los techistas.
Muy bueno, gracias!
Me llamo la atencion el uso del termino "gaijin" (extranjero en japones). Queria preguntarte si es un agregado de tu cultura general o un termino que utilizan los propios gitanos.
Gracias de antemano y un saludo muy cordial,
Paola Raffetta
Orientalista
--
http://www.paolaraffetta.com.ar/






Soy un gitano español que ha leido con gusto su artículo
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=113714, quería mandarle mi más
agradecida felicitación por el mismo, aunque hay cuestiones de los
gitanos que habla que difieren mucho de los gitanos españoles, mi blog
http://antonioherediaortega.blogspot.com/, principalmente recoge
noticias de terceros pero creo le puede parecer interesante, siempre a
su disposición y repito muchas gracias por su artículo.
Antonio José Heredia Ortega.





Estimado Santiago,

He leido con mucha atencion su nota sobre el "problema gitano" en Francia. Lamento que pagina 12 no permita comentarios sobre las notas, y arriesgo escribirle un e-mail con la esperanza de que al menos lo lea.

Yo tambien tengo varias historias de gitanos. Por ej, cuando a un amigo le pidieron que mostrara un billete de 10 pesos y esta mujer le escupio la mano para que no lo pueda volver a guardar en su bolsillo. Otra vez, en una plaza de un pueblo de provincia donde me crie y donde ibamos a jugar por las tardes, nos sorprendio ver un campamento de gitanos instalado entre las hamacas. Es la misma plaza que cuidabamos con mis hermanos por ej., cortando el pasto o retirando escombros. Obviamente tuvimos que buscar otra forma de pasar el tiempo. Estas personas defecaban al lado de los juegos y el dia que se fueron nuestra plaza se parecio mas a un basural que a un lugar creado por el gobierno municipal y mantenido con impuestos pagados por ciudadanos comunes.

No comparto la postura de Sarkozy pero me gustaria saber cuales serian las acciones que deberian ser tomadas ante hechos como el que acabo de contar, especificamente, la "toma" de espacios publicos como propios.

Finalmente, podria explicarme porque Pagina 12 insiste en relatar historias de perseguidos y perseguidores cual paladin de la Justicia y al mismo tiempo no esgrimir opinion alguna sobre formas efectivas de resolver los problemas concretos de la sociedad?

Si todavia esta leyendo, le agradeceria que considere que hay gente "de bien" que no comparte todo lo que se publica en Pagina 12 y espera escuchar (leer) mas sobre soluciones y menos sobre historias romanticas.

Que tenga un buen dia,

Bequi Johnson






Solo quiero agradecerle por esta nota. Soy un argentino que vive en Francia desde hace ya 15 años y siento una profunda vergüenza ajena con este tema y un total rechazo a este gobierno.

Quisiera decir que Jean-Marie Le Pen sigue vivito y coleando, y que solo se jubilo ( antes de la reforma de Sarkozy…jaja )

Muchas gracias a usted y a Pagina 12,

Hasta pronto,
Fabian Prioletta





Sr. Santiago O'Donell

Es interesante su nota titulada EL REY DE LOS GITANOS.

Pero deseo hacerle notar que me parece que "se le ha escapado un conejito" en la frase "en el 2005, días después de que el ministro los llamara “basura que hay que limpiar con kerosene”.

La frase de Sarkozy del 2005 fue: "Dès demain, on va nettoyer au Kärcher la cité. On y mettra les effectifs nécessaires et le temps qu'il faudra, mais ça sera nettoyé".

Es decir: Desde mañana, limpiaremos con la Kärcher la cité. Pondremos los efectivos necesarios el tiempo que haha falta, pero será limpìada.

Esta frase fue pronunciada por Sarkozy el 19 de junio de 2005, en la Cité des 4000, à la Courneuve, después de la muerte de Sid-Ahmed Hammache, un chico de 11 años, herido de un balazo en la planta baja de su casa, víctima de una riña entre dos bandas.

Kärcher no es "querosene" sino el apellido del fundador de una afamada fábrica de hidrolavadoras de alta presión cuya página Web es
http://www.karcher.com/start/choose_your_language.htm

Se hace evidente que para, Sarkozy, los franceses de origen africano son tan sucios que una ducha normal es insuficiente y se requiere, para higienizarlos, el uso de procedimientos industriales.

Asimismo, en la página WEB http://www.areopago.eu/index.php?topic=5675.0 se lee este comentario que expone el desagrado de la sociedad Kärcher ante esta deplorable manifestación racista de Sarkozy.

Desde entonces, las alusiones a Kärcher se repiten con contumaz periodicidad. Harta de esta indeseada publicidad, la empresa alemana, fundada por Alfred Kärcher hace 70 años, publicó ayer en la prensa un anuncio en el que lamenta esta situación. "La sociedad Kärcher sale hoy de su discreción porque no puede reconocerse en las declaraciones y las amalgamas recientes a las que se asocia su nombre", afirma el comunicado, en el que se justifica su publicación "por respeto al conjunto de las personas que trabajan al lado de nuestra empresa". Kärcher, que en el 2006 tuvo una cifra de negocios de 1.254 millones de euros, tiene 6.500 empleados en todo el mundo.

De todas formas y en la línea de ese policía de Estados Unidos que igualaba a gitanos con ladrones le recuerdo que Cervantes escribió en La Gitanilla (la primera de las Novelas Ejemplares)
Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo; y la gana del hurtar y el hurtar son en ellos como acidentes inseparables, que no se quitan sino con la muerte.


Un atento saludo

Jorge Aldao







Hola Santiago,

Unas breves líneas para comentarte un ligero error en tu artículo: lamentablemente Le Pen (padre) no ha muerto aún. Por otra parte, su hija no está en una posición débil. Al contrario. Es menos impresentable que su padre, más hábil y cuidadosa en su discurso, aunque igual de nazi. Por eso es que al Pequeño Napoleón le preocupa.

Y no creo que Sarko se vuelque al centro y la clase media: es un tipo de derecha rabiosa y no va a cambiar. Y tampoco lo van a dejar sus amigos Bouigues, Lagardere, Dassault et al.

Cordialmente,


Melvyn Gattinoni





Hola,

Me permito dirigirle algunas palabras después de leer su destacable artículo El rey de los gitanos.

No tengo nada para discutir del artículo en sí, me parece muy logrado y coincido plenamente con lo que deja expuesto y denuncia, pero en el último párrafo se cometieron errores algo graves que hasta desinforman al lector. Soy francés, vivo en Buenos Aires hace 6 años pero le puedo asegurar que:

1) el viejo líder de la extrema derecha francesa, Jean-Marie Le Pen, aún no ha fallecido !!! Es una pena, pero sigue vivo y vociferando barbaridades y aun es jefe del partido, por algunas semanas más

2) en las últimas legislativas la extrema derecha no superó el 10%

3) si Sarkozy busca el voto de la extrema derecha, es porque la hija, que está a punto de asumir como nueva jefa del partido, es más peligrosa aún que el viejo facho, luciendo aires más modernos y no teniendo antecedentes negacionistas y antisemitas.r

Saludos,

Nicolas Bohler








Estimado Santiago O'Donnell,

Leyendo su nota de hoy "El rey de los gitanos", percebi que parece haber confundido la palabra japonesa para extranjero: “gaijin”(外人), con la en romanes: "gadzo". Dicho sea de paso; es cierto que son parecidas, lo que quizas sea algo significativo etimologicamente, aunque lo ignoro!

De todas formas interesante lo de su aprendizaje sobre aquellos gitanos estadounidenses.

Estuve en la marcha en Paris contra las deportaciones de Sarkozy, muy concurrida.

Saludos,

Nicholas Csergo,

Londres.

domingo, 26 de septiembre de 2010

El rey de los gitanos - Por Santiago O’Donnell


No sé casi nada de Francia, no conozco la gente, no conozco los lugares. Sarkozy, está bien, lo leemos en los diarios. Era el ministro del Interior de Chirac que desató la ira de los jóvenes musulmanes que incendiaron decenas de autos en los suburbios pobres de París, en el 2005, días después de que el ministro los llamara “basura que hay que limpiar con kerosene”.

Después lo eligieron presidente y se despachó con una serie de medidas xenófobas, empezando por la creación de un “Ministerio de Inmigración y la Identidad”, siguiendo con el vergonzoso “debate sobre la identidad francesa” que el gobierno debió suspender por la ola de indignación que despertó, continuando con el impulso de una ley para prohibir el velo árabe, desembocando en la intempestiva deportación masiva de gitanos provenientes de otros países de la Unión Europea, como Rumania y Bulgaria, decisión que fue condenada universalmente y le valió a Sarkozy un reto del comisionado de la UE.+/- Ver mas...

No era para menos. La prensa francesa había revelado un documento en el que el ministro del Interior de Sarkozy instruyó a la policía a dirigir su política de deportaciones hacia los campamentos gitanos. Era la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un gobierno europeo dirigía una política represiva específicamente a una minoría étnica. El gobierno de Sarkozy había violado el artículo 7 del Tratado de Lisboa, documento fundacional de la UE. Dicho artículo a favor de la libre circulación de sus ciudadanos había sido adoptado en el 2000 a instancias del gobierno francés, bajo la presidencia de Chirac, ante la amenaza del ultraderechista Jörg Heider, que prometía sellar las fronteras de su país en su campaña para convertirse en canciller de Austria. Ahora el presidente francés hace lo que un austríaco filonazi nunca pudo, en parte gracias al freno que le puso en aquel entonces el presidente francés.

A esto se le suman otras medidas impopulares de corte derechista que ha tomado Sarkozy durante su gobierno, como la reforma previsional para alargar la edad jubilatoria y otras medidas de “modernización del Estado” de tipo fiscalista, cuyo efecto más palpable ha sido el de perforar agujeros en la red de contención del estado de bienestar. A este panorama sombrío hay que agregarle las escandalosas revelaciones del caso L’Oréal, que desnuda una trama de tráfico de influencias que llega hasta el gabinete nacional, y la frutilla del postre, la comprobación de que el gobierno de Sarkozy espiaba a los directivos del diario Le Monde como si Francia estuviera controlado por un Estado policial.

No conozco Francia pero conocí a algunos gitanos.

Una vez, hace veinticinco años, cené a solas con el rey de los gitanos. Se llama Steve Tene, y esa noche destilaba confianza y encanto. Quizá siempre fue así, quizá estaba un poco agrandado porque habían hecho una película basada en su vida con Eric Roberts, Susan Sarandon y Brooke Shields. El título de rey se lo había dado su abuelo, Steve Tene Bimbo, el anterior monarca del clan de Nueva York, poco antes de morir. El abuelo lo había elegido por encima de siete hijos y más de cincuenta nietos para recibir el medallón y el anillo de oro que identifican al líder de la tribu. Después las peleas familiares lo habían alejado del clan. Todos eso lo había contado en El rey de los gitanos, un best seller de Peter Maas.

Cuando lo entrevisté, quería volver a ocupar su trono, como me dijo, “para combatir los aspectos negativos de nuestra cultura”.

Tenía 42 años. Me recibió en su casa de Laguna Beach, California, con vista al océano Pacífico, y me cocinó manjares con sus propias manos. Contó un montón de historias y me hechizó con sus cuentos de casamientos gitanos. Habló de la fiesta, de la música, de la bebida y de la comida. De rituales en los que las fogatas, las panderetas y las sábanas manchadas de sangre jugaban un rol importante. Contó también el drama de cómo los padres arreglaban esos matrimonios, cómo vendían a sus hijas sin que los novios pudieran opinar. Esa era una de las cosas que quería cambiar. La otra era la imagen. “Los gitanos no quieren ser torcidos, pero hay que abrirles una puerta”, dijo.

Después le pedí que me leyera la mano y él me la leyó. No le creí nada.

Pasé los próximos seis meses persiguiendo gitanos, me gasté toda una pasantía del Los Angeles Times detrás de la nota del casamiento gitano que me haría famoso. El rey me presentó a sus amigos, comí con ellos, visité sus casas, aprendí mucho de los gitanos y su cultura. Son un pueblo muy cerrado porque son muy perseguidos. Los nazis casi los aniquilan, limpiaron a 500.000. Pero no son sufridos como los judíos y los armenios. Son nómades, no les interesa poseer tierra. Como no les interesa la tierra, tampoco tienen un mito de origen, una historia unificada que transmiten a las generaciones. Más bien se apoyan en una tradición oral que recapitula las leyendas de los distintos clanes y tribus, sus aventuras y travesías. Su sentido de pertenencia se basa en su idioma, el romani, y en su cultura: la comida, la música, la forma de vestir, el carácter alegre para sobrellevar momentos difíciles y el inmenso orgullo que sienten por ser gitanos.

En el medio de mi búsqueda me topé con una historia interesante. Un gitano, techista él, había sido detenido por robo. Casi todos los gitanos varones de Los Angeles que conocí eran techistas o vendían autos usados. Este techista, llamado Walter Larson, parece que había robado, no había mucho para discutir ahí. Pero el policía había llenado su informe con un lenguaje ofensivo y discriminatorio. Por ejemplo, había usado el verbo “to gyp”, que proviene de “gypsy” o “gitano”, como sinónimo de “engañar” o “estafar”. En otro pasaje había escrito “gitano rastrero” y en otro “manipulador como los gitanos”. Y el juez, después de leer ese informe, le había bajado una sentencia de cinco años por apropiarse de un total de 140 dólares en cuatro robos sucesivos cometidos en un lapso de cuatro horas.

Los gitanos suelen regirse por su propio código de justicia, administrado por el consejo de ancianos de cada tribu, en el que el destierro reemplaza al confinamiento. Pero esta vez, la cúpula del recientemente formado Consejo Romani de los Estados Unidos había decidido recurrir a la Justicia estadounidense en defensa del techista.

A pedido del abogado defensor, el Consejo había firmado una declaración condenando el lenguaje del agente. También le habían escrito al magistrado la Unión Mundial Romani y el congresista estadounidense de origen gitano Thomas Lantos, representante demócrata por California. El juez había convocado una audiencia para escuchar la apelación.

Ese día la plana mayor del Consejo se presentó ante el tribunal “gaijin”, o extranjero, como gesto simbólico de repudio por lo sucedido. Se trataba de una decisión inédita.

“Este es el caso más importante en la historia de los gitanos”, me dijo la antropóloga Ruth Anderson de la Universidad de Texas, especialista en cultura gitana, que había viajado hasta Los Angeles para estar presente en la audiencia. “Por primera vez han decidido protestar y defenderse en vez de esconderse y mudarse al próximo pueblo.”

Pero no fue un gran día para los gitanos. El juez los despachó con diez palabras. “Mi sentencia no se basó en el informe. Apelación denegada.”

Pero el policía fue sancionado y pude escribirlo en el Times. Todavía guardo el recorte. Después de la audiencia entrevisté al presidente del Consejo Romani, John Merino, un hombre canoso y bigotudo que vestía un traje sencillo pero tenía la presencia de un jefe de Estado. “No me voy a rendir. Si no sirve para este caso, servirá para las próximas generaciones.”

Merino no tuvo que esperar mucho para ver el fruto de su intervención. Seis meses más tarde, la Corte de Apelaciones anuló la sentencia en contra del techista y le pasó el caso a un segundo juez para que dicte otra sentencia. Fue una gran victoria para la comunidad gitana, aunque no para Walter el techista, ya que la segunda sentencia terminó siendo idéntica a la primera.

Después seguí, seguí, seguí, aunque nunca llegué a la boda gitana.

Pero algo aprendí. Para los gitanos la supervivencia se hace difícil. Sin patria, sin Historia con mayúsculas, deben apelar a un estricto código de conducta que marca claras diferencias entre gitanos y extranjeros. “Para un gitano, engañar a un extranjero puede no ser moralmente reprochable”, me había explicado Anderson, la experta de la Universidad de Texas.

Pero la misma académica presentó en el juicio del techista unos estudios que demostraban que pese a tener su propio sistema de justicia, o quizá por eso, en proporción, los gitanos cometían muchos menos delitos graves que los blancos, los negros o los latinos. En cuanto a delitos comunes, los mismos estudios mostraban que los gitanos no superaban el promedio general.

Todo eso me volvió a la memoria en estos días, cada vez que veía las imágenes de los gitanos entregándose mansamente a la policía francesa, o caminando muy tranquilos en los aeropuertos de Bucarest y Sofía después de las deportaciones (foto). También cuando leí que se filtró a la prensa francesa una infidencia del canciller rumano, en diálogo privado con Sarkozy: “Los gitanos tienen un problema psicológico: son todos ladrones”. También cuando me enteré de que la Unión Mundial Romani había querellado a Sarkozy por las deportaciones, en lo que seguramente se convertirá un nuevo caso testigo para los gitanos.

¿Y Sarkozy, qué gana con las deportaciones? Me dicen desde Francia que su estrategia sería ganarse el voto de extrema derecha, ya que la hija de Le Pen, nueva líder de esa facción, no tiene ni el carisma ni la popularidad de su padre recientemente retirado. Una vez asegurado ese electorado, 17 por ciento en las últimas legislativas, Sarkozy viraría hacia el centro. Faltando siete u ocho meses para las elecciones generales del 2012, empezaría a repartir plata entre la clase media, mientras los socialistas se matan entre ellos buscando un candidato que se le oponga.

Dentro de esta estrategia los gitanos representan un blanco fácil, porque son la minoría más débil, más pasiva y más odiada de Francia. A diferencia de los inmigrantes musulmanes de los suburbios, los gitanos, cuando son atacados o perseguidos, no reaccionan quemando autos ni se enfrentan con la policía.

No conozco Francia pero conocí a algunos gitanos. Sarkozy, está bien, lo leemos en los diarios.

Publicado en Página/12 el 26 de septiembre de 2010
Imagen: AFP

lunes, 20 de septiembre de 2010

Rednecks criollos

Hace rato que pienso en felicitarlo pero con esa fiaca mental propia de los lectores de medios importantes una piensa…” y para qué, seguro ni lee el mail, además no le interesa mi opinión…” y así seguimos. Pero no, está mal que no le diga a usted que me gustan muchos sus escritos y sus ideas. Siempre pensé que hay lecturas atrapantes por la historia que cuentan y otros que nos deleitan por el modo en que están escritas; sus escritos tienen ambos ingredientes, resulta placentero leerlas: un poco de aguafuerte y hasta poesía a veces en notas muy bien hechas. He guardado algunas, las releo y aprendo. Lo felicito.

Saludos.

F.+/- Ver mas...








Hola Santiago. Soy Pablo Fernandez de capital. Lei su articulo de hoy en PAgina.
No entendi bien cual es la comparacion o a que apunta la idea del analisis de EEUU actual con el Cowboy o la musica Country.
Es la 1º vez que escribo a una nota de un diario, pero lo hice porque es un tema que me importa y me incumbe bastante ya que tuve la oportunidad, hace años, de vivir casi 1 año en Alabama con una familia de profundas costumbres sureñas.
Fueron personas muy amables y extremadamente confiables en todo sentido y me ayudaron mucho en momentos dificiles.Vivi muchas cosas alla, y es el dia de hoy que aun conservo el acento cada vez que hablo ingles con alguien y me siento bien con eso, ya que me recuerda mucha gente buena de alla.
La musica country tiene un gran sentimiento y ...efectivamente el tema the last cowboy song lo habia escuchado varias veces.
Quiero decir, no todo conlleva a lo mismo y no todo es blanco o negro. Vi muchos gestos de humanismo en esa region que a lo mejor no me hubieran pasado en otros lugares "mas progresistas". Usted menciono muy bien en la nota las excepciones.No todo el mundo en el sur detesta a la izquierda ni se jactan de las matanzas o del KKK o esas cosas, de hecho la gente que conoci usaba slangs o palabras despectivas para referirse a los segregacionistas o a los hechos criminales ocurridos en los 50-60', incluso me han sorprendido mas de una vez al hablar sobre el proceso que se inicio aca desde 2003 o algo sobre la actualidad politica mundial. Y si debaten una idea politica y que no estaban de acuerdo conmigo, vi que eran razonables y lo hacian en tono calmo... (no siempre pasa eso aca no?, solo basta con subirse a un taxi y comprobarlo). Pienso... cual es la diferencia entre un "redneck" o campesino de Texas o Alabama y uno de aca defendiendo a la Soc. Rural a rabiar y a gritos?,sin entender nada y diciendo que a la presidenta "hay que echarla", hay diferencia en el nivel de ignorancia? para mi no.,o a gente educada de la ciudad que tiene su idea republicana, desde donde puede surgir una critica valedera? desde una ciudad que voto a un tipo como Macri por el 46%? o desde un pais que voto 2 veces a Menem y luego siguio con lo mismo?.
La nota suya es muy interesante en las comparaciones y metaforas de la cancion, pero me gustaria entender un poco mejor el sentido final.
Cada vez me parece mas que no todo lo blanco es tan blanco y no todo lo negro es tan negro, sobre todo cuando se trata de algo tan discimil y dificil de entender como el ser humano.
Desde ya le agradezco y saluda Atte.
Pablo






Excelente artículo Santiago, me tomé el atrevimiento de copiarlo en un
pequeño blog de música que tengo junto con un enlace que encontré con
las obras de Ed Bruce en:

http://radiolg.blogspot.com


Si no estás de acuerdo o hay algún problema avisame y borro la copia
de tu entrada.

Saludos y felicitaciones!!

Eduardo.





Pablo
hola santiago, acabo de leer tu nota!
13:11Yo
y?
te gusto???
13:11Pablo
sí, tiene como varias puntas
13:12Yo
media rara no? por l menos te dio ganas de leerla?
13:12Pablo
por un lado, cuánto sabés de música country, jaja. está bien vista por la crítica
digamos, o es considerada un género menor? sin saber eso pero creyendo q es
vituperado como género, hasta me pareció una confesión
y después, dan ganas de que haya un bombita rodriguez yanqui que toque country, jaja
sí, parecía una nota de juan forn por el estilo de hacer analogías con la música. me
gustó
13:13Yo
http://www.youtube.com/watch?v=XbR3K9DEAjI
ahi te pase el link de la ultima cancion cowboy
a mi me encanta cierto tipo de country
13:14Pablo
los progres norteamericanos, los liberals, ven mal al genero country? hay como un
prejuicio?
a mi me gusta creedence
13:15Yo
pero nunca había escrito sobre ella porque especiamente desde pagina 12 se debe
percibir como medio derechosa. pero al fin me anime a explicar px me gustaba
q se yo, es como acá que hay progres que van a ver vacas a la rural
o que van a ver peliculas de stallone
si, crredence a mi tamb, es una vertiente de folk rock, ligada al country
13:17Pablo
a mí me interpeló eso desde un lugar muy subjetivo y quizás eso me animó a leerla:
tengo 22 años, crecí en los 90 y siempre me gustó cris morena. acá decís eso y te
dicen: san isidro-menemista-cursi etc etc. cuand yo creo que en realidad es como una
cantante country con mensaje de izquierda digamos
13:17Yo
y como decia en la nota hay country para todos los gustos, pero la mirada cowboy la
atraviesa
13:17Pablo
claro, hay un nucleo comun a todos..eso del mito originario
13:18Yo
es que la cultura popular tiene eso: pude ser resignificada, diria gramsci
13:19Pablo
me interesa eso, porque se puede hacer mientras uno se banca puteadas o miradas de
asombro de los compañeros de ruta
de todos modos, vale la pena
porque dictaminar qué expresión cultural es alta/permitida y cuál no, desde una
torre de marfil, no es muy humilde
13:20Yo
escuchate la cancion y decime si te gusta
esta bastante buena
13:21Pablo
ahi la estoy escuchando
el q canta tiene un aire a balestrini, jaja
13:21Yo
jaja
13:22Yo
yo tmb la estoy escuchando
13:24Pablo
me gustó, porque el tono melanco de la letra también se escucha en la música
13:24Yo
q bueno. gracias x leer. te mando un abz
13:25Pablo
de nada, siempre es un gusto leer tus columnas y esta, que tiene un registro mas
arriesgado y distinto, no decepciono

domingo, 19 de septiembre de 2010

El último cowboy - Por Santiago O’Donnell


La letra empieza así:

“Esta es la última canción cowboy,
el final de un vals que duró cien años.
Las voces se oyen más tristes
cuando cantan esta canción,
porque otro pedazo de América se perdió.”+/- Ver mas...

Seguramente alguien la recordó la semana pasada, en un 11-9 cargado de odio y tensión racial, cuando Obama dijo “estamos pasando por un momento difícil”.

Todo tiene que ver con todo. Desde la penosa retirada de Irak, hasta el circo mediático del pastor que propuso quemar copias del Corán. Desde la ley antiinmigrante de Arizona, hasta las manifestaciones antiestadounidenses en el pantano de Afganistán. Desde la mancha negra del Golfo hasta la crisis de desempleo que no parece tener fin. Desde las palabras cargadas de emoción que pronunció el presidente al pie de las Torres derrumbadas, hasta la letra de la última canción cowboy.

Ya no se trata solamente de arreglar la situación política, económica o militar. El problema no es Obama, ni las elecciones legislativas de noviembre, ni la polarización creciente entre la insurgencia de extrema derecha y la mayoría desencantada. Es más grande que eso. Estados Unidos sufre una crisis de identidad.

En tiempos complicados los pueblos vuelven a sus raíces. Allí, en lo profundo del sentimiento estadounidense, está la música de los cowboys. El country es el folklore, el mensaje fundacional de la cultura dominante. Lo escuchan millones de norteamericanos. En su gran mayoría son blancos y conservadores, provienen de zonas rurales y practican el cristianismo protestante.

Hay excepciones, claro. El viejo Charley Pride debe ser el único cantante negro de la historia grande de Nashville. Kris Kristoffersson es un izquierdista declarado que apoyó la causa revolucionaria en Nicaragua y El Salvador. Buddy Red Bow (Arco Rojo) usó la música vaquera para denunciar el genocidio de los indios sioux: “Corre indio corre, que llega el hombre blanco”. K. D. Lang rompió tres tabúes al mismo tiempo al declararse canadiense, lesbiana y vegetariana, y encima hizo una publicidad en contra del uso del cuero de vaca.

Hay de todo en la música country, que en sus distintas versiones se fusiona con el blues, el jazz, el gospel, el rock y el pop. Pero no deja de ser la música originaria de la mayoría anglosajona que controla el poder. El country representa lo que en Estados Unidos se conoce como “the heartland”, el corazón de la tierra. Para quienes la consumen, es la música que captura y transmite los sentimientos y las historias del corazón de la tierra. Escucharla a la luz de lo que está pasando sirve para entender.

“La última canción cowboy” cuenta el fin de la épica del Oeste. Y describe ese final como un triste y silencioso despertar. El despertar del sueño del cowboy: llevar paz, prosperidad y respeto por la ley a una tierra salvaje.

Por esas cosas del inglés, “La última canción cowboy” también puede leerse como “La canción del último cowboy”. De hecho, la canción habla del último cowboy. Dice que es un tipo que se esfuerza por mejorar su situación: “alimenta al ganado, trabaja en el mercado, vende tabaco y cerveza en los fines de semana”. ¿Y por qué lo hace? “Sueña con un mañana con cercos”, sigue la letra. “Pero esta noche cuando sueñe, los cercos no estarán.” El último cowboy sueña con un mundo seguro, con límites, donde se respeta la propiedad privada y uno puede dormir tranquilo en su propio corral.

“Estados Unidos no flaqueará en su defensa”, prometió Obama el domingo pasado. Obama no escuchará mucha música country porque es un negro de Chicago, pero entiende perfectamente el sentimiento del “corazón de la tierra”. Porque los negros no aparecerán en las películas, pero mamaron el mito igual que los demás. El cowboy como personaje noble, sacrificado, solitario y soñador. El cowboy como devoto de las tradiciones, violento cuando hace falta, pero amante de la justicia y el sentido del deber.

La última canción cowboy no dice que el cowboy era un santo. Dice que era un peleador, pero un peleador convencido. Dice que conoció el arte del Remington y que se batió a duelo con el bandido Wyatt Earp. Habla también de peleas con indios y mexicanos. Con respeto, pero sin culpa. Dice que el último cowboy “aguantó hombro a hombro con Travis” en El Alamo y que “cabalgó con la Séptima y lo enterraron con Custer, cuando Custer cayó” en Little Big Horn.

La canción es cortita pero dice muchas cosas. Dice que la historia del cowboy es la que contó Louie L’Amore en sus novelas de frontera, la que cantan Willie (Nelson) y Waylon (Jennings) cada vez que agarran sus guitarras.

La escribió Ed Bruce, un viejo vaquero que nunca trascendió como cantante, Quizá por eso pudo escribir la canción más emblemática del country, “Mamá, no dejes que tus bebés se hagan cowboys”, hito de un género que es pura tristeza y melancolía, como el tango.

“La última canción cowboy” fue escrita en 1980, mucho antes de su tiempo. Cinco años más tarde Willie y Waylon y Kris Kristoffersson y Johnny Cash la llevaron por todo el país, cuatro viejas leyendas del country tocando juntos por primera vez.

“Hombres de la carretera” se hacían llamar, y con la balada que lleva ese nombre abrían sus shows. Cantaban sus versos turnándose en el escenario y después se juntaban para despedirse con “La última canción cowboy”.

Waylon, el más country de todos, abría con la primera estrofa. Barba, sombrero, camisa abierta, chaleco de cuero, botas tejanas, voz grave y zumbona con acento del sur.

Seguía Kris con su fraseo sentido, cascado y fuera de tono. Más conocido como estrella de cine que como artista de country, Kris tenía su lugar bien ganado en el cuarteto por las canciones memorables que escribió, como “Loving her was easier” y “Me and Bobby McGee”.

Después le tocaba a Willie, icono máximo del country, vincha confederada, trenza gris llegando a la cintura, raro triple play de cantante inolvidable, guitarrista eximio y escritor de canciones eternas como “Crazy”, “Whiskey river” y “On the road again”.

Cerraba Johnny recitando con su voz gutural, todo de negro como siempre, como cuando compartía escenarios con Bob Dylan, o cuando visitaba cárceles, o cuando les cantaba a las tropas que volvían vencidas de Vietnam.

La despedida de “los hombres de la carretera” fue triste como la canción del último cowboy. Cuatro viejos trovadores queriendo despertar a un país sin ánimo para levantarse. Sacaron tres discos e hicieron varias giras, la última en 1996. Nunca pudieron repetir como grupo el éxito que habían alcanzado como individuos.

En el 2001 cayeron las torres. En el 2002 murió Waylon Jennings. En el 2003 Johnny Cash. Después vinieron la guerra de Irak y las torturas en Guantánamo. La ley del rifle se había convertido en un vale todo. Los cercos cayeron y ya nadie los iba reparar.

El último cowboy apuntó los faroles de su 4x4 al cruce del Río Grande y lanzó una embestida contra las mezquitas y el Corán. Pero no le sirvió de nada. El Oeste ya estaba perdido.

Las voces suenan tristes, dice la última canción cowboy. Suenan tristes porque ven pasar volando a los camiones por la carretera, en su apuro por llevar la cosecha a la ciudad. “Nunca frenan para razonar”, dice la canción.

Frenar y pensar. Pensar en lo que pasó y en lo que está pasando. En el precio que se pagó y en lo que quedó en el camino. Tantas bellas canciones de corazones rotos lloradas a mandolín y slide guitar. Tanta sangre derramada en guerras y duelos de revólver. Tantos cercos que se derrumban. Todo pasa muy rápido. Como si nunca hubieran existido la épica, la frontera y los pioneros. El último cowboy partió en silencio, se despide la canción. “Como si vivir y morir fuera lo único que hizo.”

Publicado en Página/12 el 19 de septiembre de 2010

martes, 7 de septiembre de 2010

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