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domingo, 10 de abril de 2011

El misterio del petróleo en Malvinas - Por Santiago O’Donnell


Para la embajada estadounidense en Londres, las Malvinas no existen, al menos no con ese nombre. En un cable filtrado por Wikileaks al que tuvo acceso Página/12, el término usado para referirse a las islas del Atlántico Sur es “Falklands” y el nombre que se le da al gobierno de Gran Bretaña es “gobierno de Su Majestad”. El cable confidencial de febrero del año pasado da cuenta de la “tensión” causada por la llegada a las islas de una plataforma de perforación petrolera submarina y el anuncio argentino de que los buques requerirán permisos de navegación antes de partir de Argentina o por medio de aguas argentinas para llegar a las Malvinas.+/- Ver mas...

A diferencia de los cables originados en Buenos Aires, que se refieren a las islas como “Malvinas/Falklands”, en los cables londinenses desaparece la denominación Argentina, como si la soberanía reclamada por el país ocupante no estuviera en disputa. En cambio, la referencia al “gobierno de Su Majestad” (HMG) aparece tanto en los cables londinenses como en los originados en la Argentina.

El cable sobre las perforaciones dice que la petrolera británica Desire, la que las llevó adelante, asegura que las Malvinas están llenas de petróleo. Pero el cable agrega que otra importante empresa petrolera, Exxon-Mobile, no cree que haya suficiente petróleo en las islas como para obtener una ganancia.

“(Desire) estima un potencial de petróleo recuperable de 3500 millones de barriles de petróleo, con reservas de gas de más de 250 millones de metros cúbicos en reservas de gas. (Nota: El director internacional de Exxon/Mobil Brad Corson nos dijo que no cree que haya suficiente petróleo en la plataforma continental de las islas Falklands, como para arrojar una ganancia, citando las anteriores exploraciones petroleras de Shell que fueron abandonadas. Fin de nota.)”

El despacho está firmado por el embajador Lou Susman, ex director de Citigroup y uno de los principales recaudadores de las campañas del presidente Barack Obama. Explica los pasos necesarios, tanto en las Malvinas como en el Reino Unido, para obtener una licencia petrolera para el mar que rodea a las islas, y describe brevemente a las empresas que las obtuvieron. Afirma que según Desire las perforaciones se van a hacer en “aguas firmemente británicas”, y por lo tanto acorde con el derecho internacional, algo que la Argentina disputa.

“Desire dijo que la plataforma está firmemente en aguas británicas y que las protestas argentinas no alterarán sus actividades.”

Cruceros, ok

Según el cable, la medida adoptada por el gobierno argentino no afecta mayormente la producción petrolera y la economía de las islas, mientras permanezcan abiertas rutas de abastecimiento desde Chile, Uruguay y Brasil, y destaca que los cruceros turísticos no han tenido que interrumpir sus viajes a la islas.

“(El funcionario de la Cancillería británica) Allen dijo que el gobierno argentino hasta ahora había aplicado su decreto requiriendo permisos de navegación entre el continente y las Falklands a un solo barco y que los cruceros continúan viajando entre puertos argentinos y las islas. En todo caso, dijo que hay poco tráfico aéreo y marítimo entre las Falklands y Argentina. Allen señaló que las principales vías de abastecimiento para las islas eran un vuelo semanal desde Chile y barcos cargueros que llegaban desde Uruguay y Brasil. Expresó cierta preocupación de que esos países en el futuro podrían estar tentados a restringir esas vías por solidaridad con Argentina.”

Hasta el momento, las preocupaciones del funcionario británico mayormente no se materializaron, más allá del apoyo diplomático de esos países al reclamo de soberanía argentina en distintos foros. Sin embargo, en septiembre del año pasado, Uruguay le negó acceso al puerto de Montevideo a una nave militar británica camino a las Malvinas.

Con respecto al reclamo argentino de soberanía sobre las islas, el funcionario británico citado en el cable dice que su gobierno mantiene su posición histórica de ignorarlo mientras los isleños se nieguen a considerarlo. A pesar de esa actitud, el funcionario británico reconoce que el gobierno argentino de Cristina Kirchner ha llevado adelante su protesta por la negativa británica de manera pacífica y legal.

“(Allen) nos dijo el 24 de febrero que ningún gobierno del Reino Unido negociaría la soberanía de las Falklands sin la aprobación de los isleños, quienes en su inmensa mayoría se oponen a tales discusiones. Enfatizó el deseo del gobierno de Su Majestad de continuar cooperando con la Argentina en todos los demás temas. Dijo que Argentina parecía haber adoptado una postura similar, señalando un comunicado del gobierno de Argentina diciendo que procedería de manera legal y diplomática.”

El cable señala que ni la empresa ni Gran Bretaña quieren problemas con la Argentina por su decisión de permitir la explotación de petróleo en las Malvinas. “Desire confirmó que las acciones de Argentina no interrumpirán sus actividades y dijo que había trabajado con la Cancillería británica (Foreign and Commonwealth Office) para tratar de evitar que se inflamen tensiones. Con la excepción de las Falklands, el gobierno de Su Majestad busca continuar con su relación normal con la Argentina.”

En su comentario final, el autor del cable sugiere que las perforaciones británicas en Malvinas son una realidad que Argentina debería aceptar sin chistar. “Funcionarios del gobierno de Reino Unido han hecho declaraciones públicas afirmando el derecho de las islas Falklands de emitir licencias de exploración y producción en su zona de conservación de acuerdo con el derecho internacional. Sin embargo, le han bajado el perfil al enfrentamiento y el impacto que podría tener en la relación entre el Reino Unido y Argentina y otros países de América latina. El gobierno de Su Majestad ha intentado evitar una escalada de las tensiones y enfatizó que el gobierno de Su Majestad desea tener relaciones normales con la Argentina en todos los demás temas. La Cancillería

Publicado en Página/12 el 10 de abril de 2011
Imagen: DyN

Remanentes del imperio - Por Santiago O’Donnell

Las catorce colonias británicas, incluyendo las islas Malvinas, son remanentes de un imperio donde nunca se ponía el sol y las naves de Su Majestad reinaban sobre los siete mares. Esto no lo dice una asociación de ex combatientes argentinos ni el Partido Comunista Revolucionario inglés, sino el Departamento de Estado estadounidense en un cable diplomático de mayo del 2009 escrito en Washington y filtrado por Wikileaks, al que tuvo acceso Página/12.+/- Ver mas...

El cable dice que no hay ninguna ironía en su descripción de las colonias como herederas de un romántico pasado imperialista. El despacho diplomático reconoce que dadas sus particulares características, estos territorios por lo general no tienen ni economías ni instituciones políticas sólidas. Pero justifica la vigencia del sistema colonialista en los servicios que esas colonias le prestan al armado de seguridad que Gran Bretaña y Estados Unidos comparten en todo el mundo.

En ese sentido, el cable reconoce que algunas colonias fueron muy útiles en ciertas guerras, incluyendo la de las Malvinas. El despacho no hace distinción alguna entre los intereses de Estados Unidos o los de Gran Bretaña, dando a entender que ambos se benefician por igual del sistema colonialista, ya que comparten los mismos enemigos. Se trata de una simbiosis que los militares argentinos no supieron o no quisieron ver en 1982, hasta que ya era demasiado tarde.

“Los Territorios Británicos de Ultramar (BOT, en inglés) son catorce posesiones lejanas bajo soberanía británica con resonancias de una era en la que Britania verdaderamente gobernaba las olas. Un funcionario de la Cancillería Británica (FCO, en inglés) describió con precisión a las BOT como ‘remanentes de imperio’ adquiridos por Gran Bretaña cuando la frase ‘donde nunca se pone el sol’ podía pronunciarse sin una gota de ironía”, arranca el cable.

En el párrafo siguiente menciona el reclamo argentino de soberanía sobre las Malvinas, o Falklands, en el lenguaje del diplomático estadounidense autor del cable. “Los Territorios van desde localidades remotas sin una población permanente, como las Islas Georgias del Sur y las Islas Sandwich de Sur, hasta entidades mayormente independientes como Bermuda. Algunas, como las Islas Falklands y Gibraltar, están sujetas a reclamos de soberanía por parte de otras naciones, pero una mayoría abrumadora de la población tanto en las Falklands como en Gibraltar tienen una fuerte preferencia por permanecer bajo la órbita británica.”

El cable nombra las distintas colonias y menciona su diversidad cultural, idiomática y densidad poblacional, y después explica por qué el diplomático británico que sirve de referencia para el texto las describe como remanentes del imperio. “Como un funcionario del FCO con extensa experiencia en Territorios de Ultramar le dijo al funcionario político (de la embajada de EE.UU.) esos territorios son ‘remanentes de imperio’. Ciertamente, Gran Bretaña adquirió a la mayoría de ellos en el apogeo de su poderío nacional y prestigio, con fechas de adquisición que van desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX. Bermuda fue la primera, colonizada en 1609; Gran Bretaña reclamó la última, el Territorio Antártico Británico.”

El autor del cable reconoce que las colonias no son de gran utilidad económica para el viejo imperio ni se destacan por sus prácticas democráticas y transparencia.

“El FCO ha identificado varios problemas que enfrentan las BOT. Según el FCO, muchas BOT enfrentan desafíos comunes a todas las economías de islas pequeñas, o sea, pequeños países corren el riesgo de ser marginalizados en la economía global. Algunas economías de las BOT son frágiles porque dependen de uno o dos sectores (o sea, turismo y finanzas internacionales). Algunas BOT, especialmente las del Caribe, son vulnerables al tráfico de drogas y el crimen organizado. En algunas instancias, la falta de una sociedad civil desarrollada, una fuerte legislatura y/o una prensa vibrante significa que hay pocos controles del ejecutivo.”

En otro pasaje, el cable le dedica un par de párrafos a la “invasión” argentina de las Falklands y el reclamo argentino de soberanía sobre las sobre las islas del Atlántico Sur. “Algunas BOT son fuentes de controversia internacional basada en reclamos de soberanía en disputa. Argentina invadió las Islas Falklands en 1982, pero Gran Bretaña las retomó después de un duramente peleado conflicto armado que duró siete semanas. La Constitución de Argentina reclama las Islas Falklands, pero Argentina aceptó en 1995 que no volverá a usar la fuerza para hacer su reclamo. El gobierno de Su Majestad continuamente rechaza pedidos de conversaciones de soberanía entre el Reino Unido y Argentina, citando la fuerte preferencia de la población de las islas de permanecer como súbditos británicos. Argentina también reclama las Georgias del Sur y las Sandwich del Sur. El gobierno de Su Majestad disputará el reclamo de Argentina de derechos soberanos (incluyendo derechos mineros y petroleros) en la plataforma marina que rodea a los Territorios Británicos de Ultramar del Atlántico Sur. Gran Bretaña someterá su propio reclamo de derechos de plataforma marítima para sus territorios del Atlántico Sur en el organismo de Naciones Unidas que considera reclamos de derechos de plataforma marítima. El gobierno de Su Majestad en la actualidad no tiene planes de presentar reclamos de derechos de plataforma marítima para el Territorio Antártico Británico, pero se reserva el de hacerlo en el futuro.”

En su tramo final, bajo el subtítulo “Relevancia estratégica”, el cable explica por qué los aliados imperiales se niegan a cumplir con el mandato de Naciones Unidas de descolonizar. “Diego García, en los Territorios del Océano Indico, actualmente alberga una instalación de apoyo naval conjunta de EE.UU. y R.U. El islote es de vital importancia estratégica para la defensa de EE.UU. y el R.U., incluyendo operaciones en Irak y Afganistán. (Nota: Para más información sobre la Base de Apoyo Naval en Diego García vean www.cnic.navy.mil/DiegoGarcia. Fin de nota). La Isla de Ascención (BOT Santa Helena) es la ubicación de la Pista Aérea Wideawake, una operación conjunta entre la Fuerza Aérea Real y la Fuerza Aérea de EE.UU. La isla fue usada ampliamente durante la Segunda Guerra Mundial y fue parte integral del éxito británico en la guerra de las Falklands. Las Areas Soberanas de Bases de Akrotiri y Dhekelia en Chipre son geográficamente bases militares diferenciadas. La base de la Real Fuerza Aérea en Akrotiri es una importante plataforma de despegue para naves aéreas y una de las pocas estaciones importantes de la Real Fuerza Aérea ubicadas fuera del Reino Unido.”

Publicado en Página/12 el 10 de abril de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

“A Assange le gusta la imagen de espía” - Por Santiago O’Donnell


Daniel Domscheit-Berg, 35 años, alemán, experto en seguridad informática. Empezó a trabajar en Wikileaks con su fundador Julian Assange casi desde el inicio y fue el vocero de la organización entre fines del 2007 y principios del año pasado. Se alejó para fundar su propio sitio web, OpenLeaks.org. En un libro de reciente publicación Dentro de Wikileaks (Editorial Roca), Domscheit-Berg cuenta la cocina de los tres años que pasó junto a Assange divulgando miles de documentos secretos de todo el mundo.

En una entrevista por videoconferencia desde Barcelona con Página/12, el balance que hace de sus años en Wikileaks es agridulce. Por un lado dice que Assange es genial y carismático, por el otro dice que es un egomaníaco que se cree James Bond. Acusa a Assange de falta de transparencia, pero no por deshonesto, sino por no compartir información. Dice que es arbitrario, caprichoso, machista y que no le importa nada, pero le dedica todo su libro. Y dice que el dinero que recaude del libro será usado para costear un sitio basado en las ideas fundacionales de Wikileaks. Aunque Domscheit-Berg asegura que profundas diferencias éticas y filosóficas lo separan de su ex amigo, queda flotando una sensación de pelea de cartel.+/- Ver mas...

–¿Cómo se puso en contacto con Wikileaks?

–A través de un amigo, escuché algo, fui al sitio web y leí acerca de su orientación y filosofía, me uní al chatroom, así de fácil era en esos días, y empecé a trabajar en el proyecto. Yo tenía experiencia en temas de seguridad, venía de trabajar para una importante empresa estadounidense en seguridad de redes.

–¿Qué le interesó de Wikileaks?

–Que tenía un montón de ángulos técnicos interesantes, soluciones interesantes, problemas solucionados a través de la técnica y también del contenido del sitio. Y siempre defendí la libertad de expresión en Internet, yo que provengo de la computación encontré una respuesta filosófica y tecnológica en los servicios que Wikileaks brindaba.

–¿Cómo era Wikileaks al principio?

–Eramos cinco o seis, cada cual trabajaba en su casa. No había financiamiento, no había jerarquías, no había organización. El proyecto lo hacíamos voluntarios de distintas partes del mundo unidos por una filosofía.

–¿Y cuál es esa filosofía?

–La idea de un mundo más accesible y transparente fue lo que atrajo a todos los que formamos parte del proyecto. La posibilidad de crear una herramienta global en tiempos en que las fronteras nacionales se diluyen. La globalización de las comunicaciones y la seguridad nos ha acercado mucho, 200 milisegundos separan a Barcelona del rincón más pobre del mundo. Wikileaks ofrece un potencial tremendo por la manera en que podría crear una comunidad utilizando esta herramienta de comunicación, en un tiempo en que los medios tradicionales retienen información por presión de las corporaciones.

–¿Qué fue lo que lo separó de Assange?

–Todos invertimos nuestro tiempo energía y dinero en el proyecto. Para diciembre del 2009 el sitio se había vuelto muy popular. Habíamos publicado los mensaje de texto (de autoridades estadounidenses) del 9-11. Dos meses antes habíamos publicado los documentos de la crisis bancaria en Islandia. Tuvieron mucha difusión y mucha gente se acercó al proyecto, pero no recibimos donaciones. Entonces decidimos cerrar el sitio el 23 de diciembre para convencer al público de que nos apoye y anunciamos que lo reabriríamos si recibíamos donaciones para armar el proyecto de manera apropiada. Inmediatamente recibimos muchas donaciones en el 2010, suficientes para mantener el proyecto en funcionamiento. Cuando tuvimos el video del helicóptero Apache (que muestra a soldados estadounidenses disparando sobre civiles, entre ellos un camarógrafo de Reuters), Julian quiso venderlo por un millón de dólares. Fue la primera disputa que tuvimos. Julian quería ir a toda máquina y llenarse de dinero como una estrella de pop, y nosotros queríamos ir más despacio y construir el proyecto paso a paso, sobre suelo sólido. Ahí empezaron las diferencias. En el verano del 2010 la cosa se puso peor cada día que pasaba. Nos llamó miserables, desagradecidos e idiotas de chatroom. Decidió que él era el fundador, filósofo, programador y financista de Wikileaks. Dijo que no podíamos criticarlo, que él era el líder y no podíamos desafiar su liderazgo. Sentí que era imposible seguir trabajando con él.

–¿Qué otras peleas tuvieron?

–Te doy dos ejemplos. En el verano del 2010 publicamos los cables de la guerra de Afganistán. El se tomo un avión (a Londres) y negoció con The Guardian, el New York Times y Der Spiegel que tacharía los nombres de informantes en situación de vulnerabilidad. A nosotros no nos dijo nada hasta un día antes de la publicación, se había comprometido a tachar los nombres pero se había pasado el tiempo dando entrevistas y llevando la vida de una estrella de rock. Cuando le preguntamos nunca contestó. El día anterior a la publicación reapareció en el Chat y nos dijo: “Ah, sí, hay que editar 90 mil documentos y lo tenemos que hacer esta noche”. Después retuvo catorce mil documentos a pedido de The New York Times, para proteger a los informantes, pero nos dijo que él mismo había elegido los documentos. Se la pasaba mintiendo. Te doy otro ejemplo. En el 2009 conseguimos la información de más de cinco mil tarjetas de crédito con nombre, número y código de seguridad, todo lo necesario para usarlas. Tardamos dos semanas en convencer a Julian de no publicarlas, porque a él no le importaba lastimar a la gente. Quería transparencia total, revelaciones absolutas, sin tener en cuenta las consecuencias.

–¿Y cuál es el criterio de Wikileaks para publicar información?

–El criterio de Julian es “información de potencial relevancia ética, histórica o política”. El problema es que los errores ocurren cuando la persona responsable no escucha, no permite que lo critiquen, no rinde cuentas, y se maneja de manera autónoma con los medios. La frase preferida de Julian es “no necesitás saber eso”.

–¿Cómo se produjo su ida de Wikileaks?

–El desencadenante fue la acusación judicial en Suecia en contra de Julian (por asalto sexual). Todos pensamos que debió reaccionar de manera distinta a la acusación. Pero abusó de su poder como líder del proyecto Wikileaks al involucrar a la organización. Publicó un comunicado en nombre de la organización diciendo que tenía razones para pensar que la CIA estaba detrás de todo. Nosotros le habíamos aconsejado que tomara una licencia para defenderse y después volver a Wikileaks para no comprometer a la organización, porque a decir verdad las acusaciones no nos sorprendieron.

–¿Qué quiere decir con eso?

–Bueno, tengo que ser cuidadoso, ya que estoy patinando sobre hielo muy fino, no puedo decir mucho. Digamos que Julian es muy arrogante y chauvinista y tiene un concepto muy anticuado de cómo deben ser las relaciones entre el hombre y la mujer. Al mismo tiempo es muy brillante y encantador, y esa es una combinación peligrosa.

–¿Y qué opina de la campaña de persecución en contra de Wikileaks que revelaron los documentos publicados por Annonymous?

–Yo no creo que lo persiga la CIA ni nadie. Conozco instancias en que Julian dijo haber sido perseguido y vigilado y era todo mentira. A él le gusta la imagen de James Bond, le gusta la imagen de espía. Los documentos de Annonymous muestran que en diciembre del 2010 un banco estadounidense, el Bank of America, contrató a una consultora de seguridad para evaluar el riesgo, porque Julian había dicho públicamente que tenía documentos sobre un “banco americano”. Es cierto, teníamos un disco duro que un empleado había sustraído del banco, pero no había nada interesante, Quizás hay un archivo interesante, pero yo no lo vi y dudo de que Julian lo haya encontrado. Pero eso no le impidió salir al mundo a decir que le iba a causar un gran problema al banco porque se lo merecía. Eso es amenazar. Si tenés algo publicalo, si no callate la boca, en vez de andar amenazando con publicaciones que pueden no existir.

–Por ahí todavía no necesitó divulgar los documentos del banco porque todavía están circulando los documentos diplomáticos en los distintos diarios del mundo.

–La idea original no era distribuir sólo a través de los diarios, o a través de la BBC. En Rusia hay gente designada por Assange que vende Wikileaks. Esto también necesita aclararse.

–Bueno, es que sin los diarios no hay difusión. Ese es un problema que va a tener OpenLeaks si sólo publica en su sitio web.

–Es que no necesitamos mucha publicidad. Hay cierta confusión acerca de lo que hace OpenLeaks. Nosotros no publicamos documentos. No buscamos ser muy populares, sino desarrollar herramientas útiles para acceder a una red de informantes. Nosotros proveemos nuestra tecnología a organizaciones como Greenpeace para que pueda recibir documentación a través de una interfase segura. Actualmente estamos en una etapa experimental, trabajando con tres ONG y tres diarios para desarrollar y perfeccionar el modelo.

–¿Con quiénes?

–En este momento no le puedo decir. Cuando el programa esté listo, seguramente ellos querrán hacer el anuncio.

–No entiendo bien. Si alguien le quiere mandar un documento a Greenpeace o a un diario, por ejemplo, ¿para qué los necesita a ustedes?

–Es posible que no confíen en ese diario. Antes podían mandar la información por correo en un sobre Manila, pero no sabían si el remitente sería rastreado, nosotros la garantizamos que permanecerán anónimos. Internet implica un cambio cultural y nosotros podemos ser los sobres Manila de la era digital. Si nuestros servicios son necesarios, allí estaremos, si no, hay muchas soluciones posibles para distintos problemas.

Publicado en Página/12 el 6 de abril de 2011