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sábado, 21 de diciembre de 2013

Rojo o Naranja -por Santiago O`Donnell




















Una última peleíta antes de llegar a las fiestas de fin de año: el tironeo por Ucrania. Resulta que el presidente de ese país, Viktor Yanukovich, estaba por firmar un acuerdo de cooperación  con la Unión Europea (UE), antesala a la membresía plena,  a fines del mes pasado en Lituania, una de las ex repúblicas soviéticas que ya se incorporó al bloque continental. Pero una semana antes de la firma del acuerdo Yanukovich emitió un comunicado anunciando que la firma se suspendía y que Ucrania había iniciado conversaciones para unirse a la Unión Aduanera que forman Rusia, Bielorusia y Kazakstán.

El anuncio causó un gran revuelo en Kiev y alrededores, donde decenas de miles de manifestantes pro-europeos salieron a la calle a protestar. La policía reprimió y cientos de ellos fueron encarcelados. La presión aumentó y Yanukovich amnistió a los manifestantes. Pero lejos de dar marcha atrás, la semana pasada viajó al Kremlin y firmó un acuerdo de ayuda financiera por 15,000 millones de dólares y consiguió una rebaja de cerca del 20 por ciento en el precio del gas ruso.
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Putin aprovechó la ocasión para regodearse con la pulseada ganada a Europa, haciendo notar que la ayuda financiera era "sin condicionamientos" a diferencia de los llamados "rescates" de la Unión Europea, que vienen acompañados por la imposición de duros ajustes que suelen funcionar como salvavidas de plomo. Además, para avanzar en la integración con Europa, Bruselas le exigía, más bien le exige, a Ucrania una serie de reformas y gestos políticos que ponían en riesgo el poder de Yanukovich y su eventual reelección en el 2015.

En concreto, la Unión Europea exigía una reforma judicial, una nueva ley electoral y la libertad de la principal rival de Yanukovich, la liberal Yuliya Timoshenko, la ex primera ministra que encabezó la llamada Revolución Naranja pro-occidental en el 2004. Timoshenko había sido condenada en el 2011  a siete años de cárcel por comprar gas ruso a precios supuestamente inflados, condena que fue denunciada como fraudulenta por los gobiernos de Estados Unidos y la UE..  Timoshenko permanece internada en un hospital de Yarkov, en el este de Ucrania, con una severa hernia de disco que apenas le permite caminar, a la espera de un permiso del gobierno para salir del país y tratarse en Alemania.

Esta semana  los líderes europeos reunidos en Bruselas dejaron en claro que no se resignan a incorporar a Ucrania, pero aclararon que ya no le creen a Yanukovich, quien dijo que las negociaciones con la UE seguían en pie. "Si firmamos algo, va a ser con el próximo gobierno", se esperanzó uno de esos líderes europeos después de la cumbre, reflejando el pensamiento de la mayoría.

Hablando de mayorías, las encuestas señalan que la mayoría de los ucranianos prefiere negociar con Europa y no con Rusia. Esto es, prefieren la amarga medicina europea antes que el parque de diversiones que promete Putin. ¿Por qué? Esas mismas encuestas dicen que los ucranianos no quieren copiar la corrupción y el nepotismo que son endémicos en el imperio que heredó los personalismos de regímenes zarista y soviético. Pero las encuestas no cuentan toda la historia,

Más allá de las urgencias políticas de Yanukovich, el golpe de timón de Ucrania responde a  un cambiante contexto externo.

Por un lado, Europa permanece sumergida en una profunda crisis financiera desde el 2008 y comprometida con la receta de ajuste neoliberal y centralización bancaria bajo la mano firme de la canciller alemana Angela Merkel, la opción de sumarse al bloque continental no es tan tentadora como en la década del 90, cuando vecinos de Ucrania como Polonia se beneficiaron con una importante transferencia de capitales desde los países europeos centrales en forma de subsidios y financiamiento barato, ya que entonces la potencias europeas gozaban de una amplia liquidez monetaria, producto de una burbuja inmobiliaria alimentada por derivados especulativos apalancados en paraísos fiscales.

Por el otro lado, Rusia emergió de una desastrosa década del 90, sobreviviendo la resaca del desmantelamiento del aparato soviético,  con un boom económico producto del salto en los precios del gas y el petróleo que tienen a Rusia como primer exportador mundial, para retomar su lugar como superpotencia, capaz de discutir con Occidente y China de igual a igual en los distintos escenarios del planeta en los que se dirimen las hegemonías..

El tironeo por Ucrania tiene que ver también con las particularidades de su economía y con su importancia geoestratégica. Esto es, Ucrania exporta más de dos tercio de su energía de Rusia y de Asia a través de Rusia. A su vez,  las tres cuartas partes del gas que Europa le compra a Rusia pasa por Ucrania. Y para completar el intrígulis, más del ochenta por ciento de las exportaciones de Ucrania no van a parar a Rusia, sino a la Unión Europea. Se trata de un mercado potencialmente atractivo, con unos 45 millones de habitantes, en su mayoría altamente educados, distribuidos en más de 600,000 kilómetros cuadrados que van de norte a sur entre Polonia y el Mar Negro, y de este a oeste entre Rusia y Bulgaria. Además, aunque hace tiempo ya devolvió todas sus armas nucleares a los rusos, Ucrania mantiene el segundo ejército más numeroso de Europa, sólo superado por Rusia

El tironeo es político y económico pero sobre todo cultural. La lógica política indica que al presidente de Ucrania le conviene el rescate barato que le vendieron los rusos para llegar fortalecido a las elecciones del 2015, antes que las reformas y los ajustes que exigen los europeos. Pero millones de ucranianos, muchos de ellos educados bajo el sistema soviético, han decidido luchar por ser parte de Europa. Es decir, luchan por integrar un sistema que, más allá de su descarnada competencia, sabe valorar y premiar a la libertad y la transparencia. Enfrentan a un presidente y a una fuerza política que pugnan  por retornar al triste pero cómodo lugar de vasallo del zar de turno, como forma de asegurarse su supervivencia política.. Entre ex revolucionarios naranjas en las calles y rojos nostálgicos del imperio soviético en los despachos del gobierno, el destino de Ucrania se juega por estos días, mientras llega Navidad.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Reconciliación - Por Santiago O`Donnell



 A propósito de la muerte de Nelson Mandela, de los tres días de funerales con casi cien jefes de Estado y de Gobierno presentes, con el histórico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro incluído, desde la perspectiva de la Argentina de hoy, y todo lo que hemos vivido en materia de violaciones a los derechos humanos, me animo a un comentario políticamente incorrecto como homenaje al gran líder fallecido.

Mandela estuvo preso 27 años entre 1962 y 1989. Después compartió el premio Nobel de la Paz con el presidente blanco que lo liberó, después fue presidente y después se terminó de convertir en el ícono universal de la reconciliación con una memorable aparición en un mundial de rugby. Hace cinco años, durante otro mundial del mismo deporte, escribí una columna recordando la visita de un equipo argentino a Sudáfrica en 1982, y lo que significó esa visita en pleno apartheid, con Mandela preso.
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 “Cuando llegaron los argentinos, los negros no podían votar salvo en las elecciones dentro de los ghettos a los que habían sido confinados. No podían usar escuelas de blancos ni hospitales de blancos ni micros de blancos, ni siquiera las paradas donde paraban los micros de los blancos. No podían emplear a blancos ni tener negocios en zonas de blancos, ni siquiera pisar donde pisaban los blancos sin un permiso especial. No podían ir a las universidades de los blancos ni integrar equipos deportivos con blancos.

“Los ghettos de los negros en muchos casos no tenían agua ni electricidad. Los hospitales de los negros atendían veinte veces más pacientes que los de los blancos, con menos insumos y menos médicos. El sueldo mínimo de los blancos duplicaba el de los negros. Semejante sistema, implantado entre 1940 y 1960, requería altas dosis de represión. En 1960 la policía sudafricana abrió fuego contra un grupo de manifestantes que se había congregado en el pueblo de Sharpeville para protestar por el sistema de pases. Sesenta y nueve personas murieron y 186 resultaron heridas (foto). Todas las víctimas eran negras y la mayoría había sido baleada por la espalda. Al día siguiente el gobierno sudafricano decretó un estado de sitio, lanzó una razzia que terminó con la detención de 18.000 personas y prohibió a las dos grandes coaliciones opositoras de los negros: el ANC dominado por los Xhosa bajo la conducción de Nelson Mandela, y el PAC de los zulúes conducido por Gastha Buthelezi, ambos grupos de orientación marxista, que pasaron a la clandestinidad.



 “Mientras tanto, Sudáfrica financiaba la guerrilla en Mozambique y Namibia y combatía rebeldes en Angola y cada tanto lanzaba ataques militares en esos países y también en Lesotho, con la excusa de perseguir rebeldes sudafricanos refugiados del otro lado de la frontera. O sea, estaba en guerra con todos su vecinos. Además, avanzaba con un programa para desarrollar una bomba nuclear con el apoyo del gobierno israelí.

“A partir de la masacre de Sharpeville, la campaña internacional para acabar con el apartheid cobró fuerza. Para cuando viajaron los jugadores argentinos, además del boicot deportivo avalado por la Asamblea de las Naciones Unidas, los boicots académico, económico y de armamentos se hacían sentir con fuerza. El gobierno sudafricano ofrecía jugosos cachets para que intelectuales se acercaran a dar conferencias, para que artistas celebraran conciertos y para que deportistas, con su presencia, legitimaran el régimen a los ojos de su gente. Para eso habían construido el mega resort de Sun City, donde Gary Player organizaba un torneo de golf con los premios más elevados del mundo, y que inspiró la canción del rockero norteamericano Stevie van Zant No vamos a tocar en Sun City, que se convirtió en el himno del boicot.

“Los pumas disfrazados, en tanto amateurs, no cobraron un peso por los servicios prestados al gobierno asesino. Y qué servicios prestaron. No fueron a presentar papers académicos ni jugar al golf delante de unos pocos. Fueron a practicar el gran deporte sudafricano, pasión de multitudes, contra un equipo que representaba el orgullo nacionalista de la minoría dominante. Tan es así que el mayor símbolo de la reconciliación sudafricana se dio en una cancha de rugby durante el mundial de 1995 que se jugó en ese país, cuando Nelson Mandela alzó la copa vistiendo la camiseta del capitán Springbok, el rubio François Pienaar (foto portada).”

 O sea, el tipo, que venía de la guerrilla marxista y que se había comido 27 pirulos en la cárcel, sale libre y antes que buscar justicia, busca reconciliación. El springbock no sólo era el símbolo del equipo nacional de rugby, del deporte de los blancos, era el símbolo del ejército sudafricano, el de los carniceros de Sharpeville. Y la camiseta de los Springbocks era verde con vivos naranja, igual que el uniforme era que usaba el ejército sudafricano para imponer el apartheid. Y Mandela se puso esa camiseta. Se la puso para alzar la copa y para cantar el nuevo himno sudafricano y para agitar la nueva bandera sudafricana.

 Así Mandela transformó al springbock, el venado africano. A partir de su gesto, dejó de ser el símbolo del apartheid y pasó a ser el de todos los africanos: blanco, mulato, xhosa o zulú. Y el rugby dejó de ser el deporte de los blancos y el fútbol dejó de ser el deporte de los negros y ambos deportes se integraron y los sudafricanos volvieron a encontrarse y a reconciliarse en el mundial de fútbol del 2010, el de las vuvuzelas.

 En Sudáfrica no hubo justicia por los crímenes del apartheid.  Mejor dicho hubo justicia parcial. Porque la justicia tiene dos componentes: el de la verdad y el del castigo. La Comisión de la Verdad impulsada por Mandela sacrificó el castigo a cambio de la verdad. Así, miles de represores confesaron sus crímenes ante los tribunales pero ninguno fue castigado. Algunos dicen que Mandela optó por esa vía por debilidad política, porque no podía hacer más. Puede ser, pero igual hay que tener un estómago tremendo para tragarse semejante sapo.

Pero así, moviéndose en lo simbólico y en lo legal, y haciendo grandes sacrificios, Mandela logró la reconciliación, o mejor dicho que los habitantes de un país enfrentados durante más de un siglo por una historia de explotación y desigualdad, se unieran en la construcción de una nueva identidad nacional que, al menos en las formas, incluye e iguala a los sectores enfrentados.

 En la Argentina es delicado hablar de reconciliación porque enseguida te acusan de avalar la teoría de los dos demonios y por lo tanto hacerle el juego a los defensores de los crímenes de la dictadura. Pero bueno, es muy difícil ver tanto homenaje y escuchar tanto discurso elogiando a Mandela por haber logrado la reconciliación a partir del perdón y la verdad histórica y no preguntarse por qué no hay lugar para algo así en la Argentina.

 No digo que tenga que ser igual que en Sudáfrica. Después de mucho tiempo y muchos esfuerzos cientos de represores de la dictadura argentina están presos y bien presos están. Ese es un logro, una conquista de la justicia y del pueblo de Argentina, un hito mundial en la defensa de los derechos humanos, un caso de avanzada para afirmar la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, el mayor avance de la doctrina de Justicia Universal desde Nuremberg.

Pero aún así, el contraste entre la imagen de Mandela alzando la copa con la camiseta Springbock, y la imagen de Néstor ordenándole a un general que descuelgue el cuadro de Videla es demasiado fuerte como para pasar desapercibido. Dos actitudes prácticamente opuestas frente a un mismo enemigo. Mandela simbolizó la reconciliación. Podremos elogiarlo o criticarlo por eso, pero hay que ser hipócrita para aplaudir la reconciliación en Sudáfrica y demonizarla en Argentina.

Entonces, para ser coherentes, o Mandela fue un Tío Tom que se vendió a los blancos por unas migajas de poder y los Montoneros fueron apenas unos muchachos idealistas, o Mandela es el gran líder mundial de la reconciliación y la guerrilla argentina contribuyó a la violencia de los años setenta durante gobiernos democráticos, con provocaciones que los militares aprovecharon para justificar su brutal respuesta durante la dictadura. Por decirlo de alguna manera.

 Todavía no prendió en la opinión pública, pero el debate ya está instalado en el círculo de intelectuales que rodea el movimiento por los derechos humanos, acá y en el mundo. Por un lado, Verdad y Reconciliación. Por el otro, Ni un Paso Atrás y Vamos por Todo.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Persiana americana - Por Santiago O`Donnell















Charly Alberti es un artista. Un músico famoso, baterista del legendario trío de pop-rock argentino, Soda Stéreo. Como tal, Alberti  está inmerso en la batalla cultural por el reconocimiento de la propiedad intelectual, nacional y extranjera, de su obra y la de otros artistas como él.

Pelea por sus derechos y los de todos los autores intelectuales  en un país con software libre, con CDs  y DVD truchos,  con archivos musicales, series de tevé y películas que se bajan gratis por internet.  Un país  de remedios genéricos que siguen fórmulas de laboratorios extranjeros y no siempre pagan las regalías correspondientes, un país de ferias populares que venden ropa copiada a las grandes marcas internacionales, que llega de contrabandoy  a precio de ganga desde la Triple Frontera.
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En esa guerra Alberti vendría a ser un agente encubierto de la embajada de Estados Unidos. Un referente de intereses estadounidenses, pero envuelto en la bandera argentina, para que no se note que la movida viene de afuera.  Una especie de Persiana americana. O tal vez nunca se dio cuenta que estaba siendo operado por la embajada. En ese caso usaron su cabeza como un revólver.

Según una serie cables de la embajada estadunidense filtrados por Wikileaks, la defensa de la propiedad intelectual estadounidense es una de las prioridades de la embajadas de ese país. En particular, es un tema que asumió como propio  Earl Anthony Wayne durante su estadía como embajador en Argentina entre
enero del 2007 y abril de 2009. Es muy probable que Wayne haya mantenido su cruzada a favor de esta causa en su actual puesto como embajador en México, pero los cables de la filtración terminan pocos meses después de su partida de Buenos Aires. Lo cierto es que ni antes ni después  mostró la embajada en Buenos Aires  tanto interés en el tema  como durante el mandato de Wayne.

Para los estadounidenses, la propiedad intelectual abarca patentes y marcas, por un lado, y derechos de autor, por el otro.  En las negociaciones de comercio internacional, típicamente Estados Unidos y los países desarrollados  exigen que sus patentes, marcas y derechos de autor sean respetados en los países en
desarrollo. A cambio, los países en desarrollo exigen que los países desarrollados abran sus mercados a los productos agrícolas producidos más allá de sus  fronteras, y que no subsidien a sus propios granjeros.

En los noventa, durante la llamada Ronda de Uruguay de la Organización Mundial de Comercio,, en el
marco de un acuerdo mundial de tarifas e inversiones, Estados Unidos logró imponer un tratado de propiedad intelectual, el TRIPS.  Para adecuarse al TRIPS, Argentina aprobó una ley de patentes a principios del gobierno de Néstor Kirchner, con el apoyo de todas las bancadas menos el socialismo y la Izquierda Unida. Según los cables de la embajada, el gobierno argentino  argumenta  que con esa ley da por cumplidas sus obligaciones con Estados Unidos.

Sin embargo, para Washington, Argentina no hace todo lo que debería hacer. Desde 1996 a la fecha Argentina integra una lista de países que no alcanzan el  grado de cooperación suficiente, según la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos. En el 2013 Chile y Venezuela, además de Argentina eran los países
sudamericanos en la lista, llamada “Special 301 Priority Watch list”. Los demás países sudamericanos salvo Uruguay integran una segunda lista: “Special 301  Watch list” a secas, sin “Priority”.  Uruguay salió de las listas en 2007, año en que Brasil pasó de la primera a la segunda lista. Lo demás sigue sin muchas variantes desde el debut de las listas en los 90.

 El estar en las listas tampoco parece ser demasiado grave. Habilita al  Departamento de Comercio estadounidense a presentar denuncias ante la Organización Mundial de Comercio y a remover, si así lo desea, preferencias arancelarias que voluntariamente le concede a  países en desarrollo. En el caso argentino la preferencias arancelarias recién fueron retiradas en 2012 y no fue por un tema de propiedad intelectual (ver capítulo “De la Sota”). Sin embargo, por ley del  Congreso estadounidense, cada año, cada embajador de ese país  debe elevar un informe al Departamento de Estado sobre el  estado de la propiedad intelectual  en el país anfitrión, más la recomendación correspondiente con respecto a la pertenencia de dicho país en una de las listas  de mala conducta.  La filtración incluye los informes de 2006, 2007, 2008 y 2009, los tres últimos firmados por Wayne. Todos ellos recomiendan la  permanencia de Argentina en la lista prioritaria.

 Los informes argentinos  incluyen quejas de los laboratorios  Bristol-Myers Squibb,  Eli Lilly, y Merk, Sharpe & Donne por diversas trampas legales y regulatorias que permiten a laboratorios locales ignorar sus patentes y  comercializar libremente medicamentos copiados. También acusan al estado argentino de abastecerse con hasta un 90 por ciento de software no registrado. Año tras año  la embajada informa que a pesar de millones de películas y discos truchos decomisados por autoridades argentinas, el incentivo para dejar de piratear es mínimo porque es prácticamente imposible que un infractor reciba una pena de  cárcel.   Lo mismo para quienes bajan contenidos gratis desde la comuputadora.

Como excepción,  el informe del 2009 destacó con tono esperanzado que por primera vez en Argentina ese año  un hombre había recibido una condena de diez meses de cumplimiento efectivo  por vender DVDs truchos. En el mismo  informe la embajada se quejaba de que “piratas de películas condenados típicamente reciben  condenas de trabajo voluntario (probation) o condenas en suspenso.”

En medio de esta gran batalla comercial,  legal, y por qué no, cultural, el embajador Wayne decidió avanzar en varios frentes.  Primero, alentó la redacción secreta  en la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina   de un proyecto de  ley de marcas registradas con amplias facultades jurisdiccionales y duras sanciones para los infractores. Segundo, reclutó legisladores afines para que presenten  dicho proyecto de ley en el Congreso Nacional, pero a título propio y no nombre de la embajada o la cámara de comercio estadounidenses .  Tercero, creó  un grupo de fiscales, jueces y funcionarios del gobierno argentino dispuestos a trabajar codo a codo con la embajada para mejorar a protección de la propiedad intelectual en Argentina.  Cuarto,  trabajó con la cámara de comercio, escuelas, universidades, medios de comunicación  y referentes culturales para instalar la idea de que defender la propiedad intelectual con penas de cárcel, tanto en La Salada como en internet, es lo mejor que le pude pasar a la Argentina.

 Los informes de Wayne no nombran a los congresistas que presentaron los proyectos de ley en el congreso, ni a los jueces, fiscales y funcionarios que participaron de las reuniones con los expertos en
propiedad intelectual de la embajada y que luego viajaron a Estados Unidos para recibir entrenamiento con financiamiento de la INL, la agencia antinarcóticos  internacional del Departamento de Estados. En cambio destaca con nombre y apellido el protagonismo de Charly Alberti en el seminario para los funcionarios
argentinos.  El nombre de Alberti vuelve a aparecer  en un cable del 2008 que destaca su disponibilidad para seguir adelante con la campaña estadounidense a  favor de la propiedad intelectual.

Con la partida de Wayne decrece el interés de la embajada. Mientras que él  informaba cada dos o tres meses sobre  la campaña, tras su partida no hay más cabes sobre el tema. En cambio, Alberti reaparece en el 2009 reconvertido en líder medioambientalista invitado por la embajada para promover certificaciones y tecnologías estadounidenses para la construcción de viviendas ecológicas.

La serie empieza con el informe de propiedad intelectual de 2005, firmado por Wayne el 17 de febrero del 2006. El informe menciona el fracaso legislativo de un “prometedor” proyecto de ley para perseguir y castigar con cárcel a  la piratería de marcas.

 Enmiendas a la legislación existente: Un proyecto de ley prometedor para modernizar la ley de marcas registradas (Ley 22,362),  que en la Argentina lleva más de un cuarto de siglo, murió en un comité del Congreso. Ese proyecto de ley, introducido en agosto 2004, contenía varias medidas que hubieran fortalecido  el régimen contra la piratería de marcas. Especificamente, el proyecto de ley hubiera involucrado a la agencia impositiva argentina (AFIP) en investigaciones de piratería de marcas; hubiera expandido la Unidad de Investigaciones Financiaeras de argentina (UIF) para incluir la piratería de marcas entre los crímenes que debe investigar; y hubiera aumentado las penas para los convictos por pirater´çia de marcas (eliminando el servicio comunitario como una sentencia posible.)  Un abogado que ayudó a redactar el proyecto le dijo a la Embajada que la legislación será reintroducida en el 2006. El mismo abogado culpa por el fracaso de la legislación al letargo de las cámaras de comercio argentinas, que según él  no apoyaron activamente el esfuerzo.

En el informe del 2006 ya no hay más letargo. Según el cable que lo transmite, fechado 21 de febrero de 2007,  la cámara estadounidense escribe su propio  proyecto de  ley, inspirándose  en el que no había prosperado el año anterior.  El autor muestra su familiaridad con la cámara empresaria estadounidense
nombrándola por su apodo,” la AmCham”.

Mientras tanto, el comité de la AmCham creó un nuevo poryecto de ley de marcas registradas, usando el del 2004 como base, la cual aún no ha sido introducido en el Congreso. (Nota: un líder de la AmCham indicó que probablemente no sea introducido a menos que pueda ganar el apoyo de las cámaras locales. Fin de nota) .

 Un mes después la embajada y la AmCham se juntaban para celebrar el Día de la Propiedad Intelectual, cuenta otro cable, fechado 3 de mayo del 2007.

El Día Mundial de la Propiedad Intelectual, desginado por laOrganización de Propiedad Intelectual, fue celebrado el 26 de abril. Ese día el Embajador participó de una serie de eventos diseñados para enfatizar los aspectos positivos para Argentina que trae mejorar la protección de propiedad intelectual. El más público 
de esto eventos fue el  lanzamiento, con el embajador de anfitrión, de un concurso organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos  (AmCham). El concurso le pide a los participantes-estudiantes universitarios y jóvenes profesionales-que escriban un ensayo que describa cómo la propiedad intelectual  
beneficia a la Argentina. Los ganadores recibirán cusos de posgrado gratis en una universidad local.

El aniversario también sirvió para lanzar una petit campaña de prensa, añade el cable.

La cobertura incluyó  varios artículos en diarios e informes de televisión. El diario de negocios “El Cronista Comercial le dedicó un llamado de tapa y una editorial de ¾ de página adentro firmada por el embajador Wayne, enfatizando la protección a la propiedad intelectual como la manera más creativa de nutrir 
la creatividad. La Oficina de Prensa trabajó con un editorialista local para coordinar una segunda editorial esa misma mañana en el diario líder “La Nacion”, que expresó que en los países en que la piratería es más alta, el resultado es una oferta reducida de esfuerzos creativos, con el consecuente empobrecimiento cultural .

Sin embargo, el Día Mundial de la Propiedad Intelectual no fue un paseo en el parque para las huestes del embajador. Según cuenta el cable,  ese día, un conflicto con un laboratorio estadounidense desnudó la trama de intereses en juego en el negocio de la propiedad intelectual. Porque además de ser un derecho, la propiedad es un negocio.

El Día Mundial de la Propiedad Intelectual llegó en el medio de una controversia pública sobre el derecho a la propiedad intelectual. La empresa farmacéutica estadounidense Bristol-Myers Squibb (BMS) obtuvo una patente en enero del 2007 para un nuevo producto anti- SIDA, producido en  sociedad con Pfizer, otra 
empresa estadounidense. BMS obtuvo rápidamente una medida cautelar en contra de una empresa local que había ofrecido vender copias al programa de SIDA del gobierno argentino.Una cámara que representa a la empresa local sacó un avisdo de una página en la mayoría de los diarios, denunciando la situación, y nombrando al juez que la tomó. Al día siguiente el Ministro de Salud Ginés González se unió a la disputa diciendo que las patente4s medicinales “generan monopolios y ponen en riesgo el acceso a los medicamentos.” También escribió un editorial el 20 de abril en el que tildó a los pacientes de SIDA de “rehenes” de las empresas multinacionales.

Otro cable, fechado 11 de mayo de 2007, dice que la embajada no va a decir que está detrás del proyecto de ley redactado por la Am Cham porque podría ser contraproducente.

Plan de Acción: Dadas las sensitividades del gobierno argentino, hacer lobby directo para mejorar la legislación de propiedad intelectual sería contraproducente. En cambio, la estrategia de la embajada es trabajar con cámaras de negocios y rtepresentaciones diplomáticas y miembros del Congreso de 
Argentina que piensen como nosotros. Le estamos apuntando a una modificación de la ley de marcas registradas redactada por miembros de comité de propiedad intelectual de la Cámara de Estados Unidos (AmCham).

Dos meses después, el 30 de agosto del 2007, otro cable firmado por Wayne anuncia que la embajada había llevado adelante un taller multidisciplinario sobre el derecho a la propiedad intelectual.i El embajador informó que el grupo había usado el  taller para redactar un borrador  puso  un manual de “mejores
prácticas”  para defender ese derecho.

La embajada fue anfitriona de un taller para facilitar la escritura por parte de funcionarios argentinos y representantes del sector privado de un manual de mejores prácticas  y lograr un acuerdo generalizado entre los participantes para formar un grupo de trabajo de propiedad intelectual.  El taller fue diseñado y 
dirigido por el director del programa de OPDAT del Departamento de Justicia  y su equipo de entrenadores. El borrador de manual  creado durante el taller fue específico sobre Argentina y reflejó la amplia experiencia yt conocimientos de los participantes. ..
 La conferencia, junto con la subsecuente publicación del manual, es clave para cumplir con el plan estratégico de la embajada para los derechos de propiedad  intelectual (ver cables). Los participantes argentinos en el programa incluyeron un juez federal criminal, fiscales (federal, de la provincia y de la ciudad de Buenos Aires), investigadores de Gendarmería y Prefectura Naval, autoridades impositivas y aduaneras, abogados privados que trabajan temas de propiedad intelectual, y representantes de organizaciones privadas interesadas en mejorar la protección de la propiedad intelectual.  Por el alto nivel de crímenes vinculados a la piratería en la Triple Frontera (donde Argentina, Brasil y Paraguay comparten fronteras), la embajada hizo arreglos para que tanto un funcionario aduanero como un un funcionario de una fiscalía de la región puedan participar en el taller.

A semejantes luminarias de la burocracia estatal y del sector  empresarial , la embajada sumo un par de nombres del mundo artístico creativo: el rockero Charly AlbertI y el productor de cine Carlos Mentasti.

Para ayudar a los participantes a darse cuenta de la dimensión del costo de las violaciones al derecho a la propiedad intelectual, el taller se complementó con presentaciones de dos de las industrias creaticvas más prominentes de Argentina, el cine y la música. Uno de los oradores fue Charly Alberti, baterista del 
afamado grupo de rock argentino, Soda Stero, quien señaló que “una sociedad que no protege propiedad intelectual es una sociedad que no Alienta el pensamiento, y por lo tanto no puede evolucionar. Carlos Mentasti, co-propietario del estudio de filmación Sono Argentina y productor de películas, habló del 
número significativo de personas que emplea la industria de las películas. El orador de cierre fue el embajador, qien discutió con los participantesw su trabajo en el manual y sus perspectiva sobre la protección a los derechos de propiedad intelectual en Argentina.  La sección económica también ofreció una recepción para que los participantes puedan conocer a las agencias de seguridad de la embajada (FBI y DEA), y la Sección Política. Unqa oportunidad importante, ya que muchos de los participantes tienen responsabilidades que se extienden más allá del tema de propiedad intelectual …el entusiasmo que generó el taller fue alentador.

Según el cable,  uno de los puntos salientes del taller fue cuando el instructor  comparó a los moderno ladrones de propiedad intelectual  con el mafioso Al Capone.

APLICANDO LAS LECCIONES APRENDIDAS EN EL CASO AL CAPONE- Como se destacó durante el taller conducido por el equipo OPDAT, Al Capone fue a prisión por ofensas impositivas,  ilustrando la conveniencia del enfoque multidisciplinario, uno que incluye investigadores impositivos, es el mejor enfoque cuando se investigan crímenes complejos.

La campaña continuó. El 11 de septiembre del 2007 la AmCham fue sede de una conferencia académica internacional sobre propiedad intelectual que la embajada calificó como “exitosa” en un cable del 20 de ese mes, y que contó con la participación de representantes de Nike, Ford y Microsoft, entre otras marcas. El despacho diplomático destaca la importancia de un editorial del embajador oportunamente colocado en el diario Clarín.

Un editorial firmado por el Embajador fue prominentemente desplegado el día anterior en el diario Clarín, el diario de mayor circulación de Argentina (400,000), y la AmCham distribuyó una copia a cada uno de los presentes en la conferencia. Participantes elogiaron la editorial  por enfocarse en los aspectos positivos de proteger la creatividad argentina. 

El 26 de febrero de 2008 Wayne volvía a recomendar que Argentina quede en la lista negra de los que no respetan la propiedad intelectual. El informe dejas constancia de que el proyecto de ley de la AmCham había sufrido nuevos fracasos en el Congreso.

Mientras tanto, el comité de propiedad intelectual de  AmCham creó una ley de marcas registradas usando como modelo el proyecto del 2004. Este proyecto de ley de AmCham fue presentado en el congreso por un parlamewntario que piensa como nosotros. Pero el proyecto no se movió en el parlamento durante el 2007. 

Menos de u mes más tarde Wayne volvió a la carga. Esta vez, con un amplio informe a un año de haber formado el grupo para combatir la piratería intelectual.  Tanto el proyecto de ley de la AmCham como Charly Alberti, como los diarios “aliados”, La Nación y Clarín,  tuvieron su lugar en el cable que transmitía el informe, fechado 17 de marzo del 2008.

La modificación de la ley de marca registrada de la AmCham fue presentada formalmente por un senador, pero no ha avanzado más allá…

Los dos principales diarios de Argentina, La Nación y Clarin, demostraron ser aliados dispuestos, en este esfuerzo, dando lugar a editoriales del embajador, cubriendo eventos de propiedad intelectual apoyados por la embajada, y otros temas vinculados a la propiedad intelectual.--Trabajando con figuras públicas de Argentina: Charly Alberti del megagrupo de rock local Soda Stereo , que habló en el seminario del Departamento de Justicia a favor de la protección de los derechos de autor en la musica, ha expresado interés en participar en futuros esfuerzos a favor de la propiedad. 

Tras la partida de Wayne,  en abril del 2009, los cables casi no volvieron a ocuparse del tema, salvo para registrar la visita de un funcionario estadounidense a una conferencia sobre piratería organizada por la AFIP en junio del 2009.  Aunque la filtración de Wikileaks siguió hasta principios del 2010 nunca más se habló
del grupo de trabajo de funcionarios y empresarios.

 El manual de mejores prácticas, que sería financiado por la embajada y que debía ser distribuído en el 2008, nunca vio la luz, al menos como documento de la embajada o de  la AmCham.  Sin embargo, en  noviembre de 2012 el Ministero de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva lanzó la “Guía de Buenas Prácticas en "Gestión de la Transferencia de Tecnología y la Propiedad Intelectual". Si bien el ministerio se
adjudica la autoría de la guía, aclara fue elaborada “en base a consideraciones y resultados obtenidos a partir de un proyecto de colaboración con las siguientes instituciones:  Innovos Group S.A. (Argentina), Neos Ltda. (Chile) y The International Technology Transfer Institute – ITTI, Universityof Hampshire
School of Law (Estados Unidos de América).” La Guía también cita abundante bibligrafía de universidades estadounidenses.

Mientras el grupo de manual desaparecía de los cables de la embajada a principios del 2009 Charly Alberti seguía presente, ahora en un cable firmado por la sucesora de Wayne, Vilma Socorro Martínez, fechado  el 7 de octubre del 2009.

El cable, titulado “Liderando el camino hacia la edificación verde en la Argentina, habla de las dificultades para vender una certificación estadounidense de “edificio verde” llamada LEED.  El cable destaca que los edificios de bajo consumo energético, llamados edificios verdes, además de favorecer al medio ambiente, también ayudan a las empresas de Estados Unidos, porque son las que tienen los materiales y la experiencia que hace falta para fabrica edificios verdes que cumplan con la norma LEED.

La adopción de LEED en este importante mercado ayudaría a orientar a los constructores locales hacia compañías estadounidenses como fuentes de tecnología y materiales para el uso eficiente de la energía, energía eficiente, además de contribuir a la reducción de emisiones globales. 

La cosa es que el Consejo Argentino de Edificios Verdes había organizado un evento para promocionar la norma LEED y allí estuvo Charly Alberti, invitado por la embajada. Parecía otro. En el cable firmado por Martínez ya no era una estrella de rock sino de pop latino. Y ya no era un experto en propiedad intelectual,
sino un líder ecológico. Pero seguía siendo él, Charly Alberti.

Como auspiciante de alto nivel del evento, la Embajada promovió las empresas y  la certificación estadounidense de edificios verdes, a través de invitaciones a contactos clave en la Cámara de Energía Renovable y la Cámara de Comercio de Estados Unidos, así como la estrella del pop Latino y activista por el cambio climático Charly Alberti, coordinando la amplia cobertura que tuvo el evento en medios gráficos y televisivos,  y hablando de las iniciativas del presidente Obama sobre cambio climático y energía renovable.

A continuación el autor del cable se pone reflexivo. Si bien no pone en duda el “valor” de las “ideas” de Estados Unidos, al menos reconoce la posibilidad de que no todos los argentinos quieran adoptarlas.

 La certificación de edificios verdes aporta un ejemplo interesante del delicado balance que deben mantener los argentinos entre reconocer el valor de la tecnología y las ideas de Estados Unidos y sus sospechas de ser cooptados por reglas estadounidenses.